En sus marcas, listos, fuera. Con el banderazo oficial arranco la contienda electoral para elegir a los representantes que ocuparan diversos cargos en las entidades del país y la renovación de la Cámara de Diputados.
Una contienda que promete ser una de las más importantes de los últimos años, con una incipiente democracia todavía con vicios peligrosos, arraigados en el manejo de los sufragios, a pesar de los avances que se han logrado en este gobierno para evitar la compra y la manipulación del voto, catalogadas estas practicas como delitos graves en el marco jurídico con penas que alcanzan incluso la cárcel para quiénes las ejerzan, compete a la fiscalía de delitos federales vigilar que dichas reformas se cumplan.
En los últimos días hemos sido testigos de campañas desnutridas apoyando aspirantes de dudosa reputación moral y poca credibilidad social, con un discurso completamente hueco, apostando únicamente a descalificar los resultados y las políticas del gobierno actual pero detrás de eso, no hay nada.
Hasta el día de hoy, no hemos escuchado propuestas tangibles que hagan que el electorado sienta en ellos una representancia popular, los partidos de facto con ideas conservadoras y oligarcas en mezquina alianza, solo han logrado ahorcarse con la misma cuerda mientras que los partidos más débiles buscan robustecerse con ideas renovadas pero completamente fallidas sin lograr conectar a profundidad con la opinión pública. El partido que llevo a su candidato a la presidencia permanece secuestrado por sus contrarios con un golpeteo mediático donde la ética, no logra tener cabida en la contienda, intendo con ello, debilitar a candidatos que provengan de esa fuerza.
Una costosa mercadotecnia política inspirada en imágenes populistas, ridículas y mal intencionadas, cayendo en errores graves de confiabilidad, como la campaña del PAN en el municipio de Celaya, con un slogan donde se puede leer una promesa de rescatar la ciudad de ellos mismos o la del candidato representante a Diputado Federal por el distrito 2 del Partido Encuentro Social en Ciudad Juárez que inicio su campaña, saliendo de un ataúd con graves esfuerzos debido a la obesidad, solo por citar algunos ejemplos.
En un escenario estéril, las redes sociales vuelven a jugar un lugar protagónico siendo una herramienta de comunicación medianamente plural que dificulta en los participantes la maniobra para manipular criterios.
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A todas luces vemos reaparecer por todos los medios, personajes fósiles de la vieja escuela política con mensajes anacrónicos en una realidad que los califica como los culpables directos de los problemática nacional, situándolos en el centro de un debate que ellos mismo con su presencia han mantenido abierto y que por dignidad deberían mantener silencio.
Sera en estas elecciones donde la responsabilidad del Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral Lorenzo Córdova haga lo correspondiente de lo contrario, acabara por sepultar la reputación de un organismo que se ha convertido en una farsa, mismo que nació como parte del resultado de los conflictos postelectorales, esperando no sean la mismas razones, concluidas las elecciones, las que lo lleven directo a la tumba.
Los audios difundidos del actual representante haciendo muestra de su racismo hacia las poblaciones indígenas, han convertido a este personaje en una mala señal para creer que exista limpieza en las urnas. Dicho lo anterior, es conveniente cuidar el derecho democrático para elegir representantes a través de la discrecionalidad del voto, revisar los intereses que motivan a los actuales candidatos a querer representarnos, estudiar de manera critica la orientación de los partidos, denunciar irregularidades detectadas previas y durante el proceso.
Pero lo más importante en el vacío actual, ante la falta de propuestas, NO dejarnos ir por comentarios derivados desde la infodemia, haciendo caso omiso a la costosa mercadotecnia.
El país no esta para que lo dirijan falsos lideres que reciben órdenes desde las cúpulas corruptas, que solo desean ganar para mantener voz y poder, buscando con el respaldo de falsas propagandas, hacer lo que sea necesario, con tal, de conseguir tu voto. Es momento que desempolvemos el viejo y conocido refrán, que hace bien al decir: “Después del niño ahogado no busquemos intentar tapar el pozo “. Esperando que en estas elecciones, quiénes resulten ganadores, Por el bien del país, no sean de la planilla los que hemos identificado como los peores.
Fernando In-Morales
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