Definitivamente cualquier trabajo debe ser remunerado y respetado, bajo ninguna circunstancia se debe subestimar la dignidad de una actividad o servicio que se ofrezca y más si esta conlleva la creatividad de quién la realiza.
La convocatoria realizada por la SEP dirigida a la población para el desarrollo de ilustraciones que serán sometidas a concurso con el fin de seleccionar las que resulten ganadoras para rediseñar los libros de texto gratuitos para primaria del 2021 además de desafortunada por no ofrecer en los premios una contribución económica, dejándola solamente al ejercicio lúdico, reconociendo únicamente con una mención escrita a quién resulte ganador, causo la desaprobación en un sector de la comunidad creativa del país. Dando paso a una gran cantidad de memes burlones con propuestas inmediatas como parte de la inconformidad provocada en algunos de los convocados. Por cierto, muchos de ellos con un gran sentido de humor e ingenio, sin embargo, hasta el momento no han logrado con esto, se restructure la participación en las bases del concurso, simplemente han conseguido ser un tema muy socorrido en el entretenimiento de los contenidos públicos en las benditas redes sociales.
El discurso de austeridad que caracteriza a las instituciones del actual gobierno, si bien, en muchas ocasiones aprobatorio, en este tema no fue el caso. Lo único que dejo ver es que la buena intención no basta para lanzar iniciativas a bote pronto y se debe realizar un mayor esfuerzo en la planeación de las mismas, más en un país que actualmente permanece dividido en el centro de dos realidades de opinión completamente contrarias una de la otra.
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Muchos hemos regalado nuestro trabajo por el simple hecho de figurar en la lista de los nombres de proyectos que trasciendan la popularidad propia pero cuando las instituciones de gobierno están inmiscuidas, dicho sea de paso, la narrativa es otra.
Seguimos pensando que el gobierno debe ser proveedor de recursos en cualquier tarea a la que nos convoque de lo contrario pareciera un abuso hacia el respeto de los gobernados y por consecuencia es mejor replegarnos, inconformes, negados a participar.
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Pedimos ser tomados en cuenta y trabajar de la mano de las instituciones, pero aún no dejamos atrás la idea preconcebida de siempre y cuando exista la garantía de adquirir un beneficio personal.
No digo esto, con el fin de justificar un concurso que hace a un lado la importancia en el reconocimiento de los ganadores a través de una gratificación monetaria, sino que, al no existir este apoyo, desvanece entre los participantes la atracción genuina de lo que derive del impacto a partir de aparecer en estas publicaciones de carácter masivo.
Quién no recuerda la imagen del libro de texto donde aparece una mujer que lleva la bandera nacional entre sus manos solo por citar un ejemplo. A mi parecer, es necesario participar en cualquiera de las actividades públicas y más si es de la mano de un gobierno que pretende integrar a la sociedad como parte de su agenda, más allá del debate intelectual de sus mecanismos, finalmente los escenarios con alcance popular dejaron de tener vigencia en la concepción que tenían los representantes en las formas anteriores de gobernar y que hacen mucha falta en la recuperación de lo que habíamos perdido y que de alguna manera frente a las nuevas generaciones son un terreno inédito.
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Desde esta trinchera hago un llamado a los responsables de este concurso, respaldado en legalidad por la SEP para que revalore las bases e integre lo que a todas luces hace falta en los reconocimientos, con el fin de eliminar esa sensación de inconformidad que invalida la capacidad creativa, los materiales y el tiempo invertido de los participantes. En un México en el que hablamos que todas las voces cuentan, es necesario no solo escuchar, sino corregir desatinos que provoquen algún descontento para que la palabrería no sea concebida en algunos cuantos como parte de un ingrediente en el discurso institucional, convirtiendo este desatino en un arma para la infodemia y que la mayoría que votamos por este movimiento de transformación nacional, sigamos madurando en la democracia que tanto ha valido la pena.
Concluyo diciendo a manera de petición que no cese la inventiva de memes al respecto, las risas provocadas han hecho que mis redes sociales sean menos aburridas, como la propuesta para ilustrar el libro de Antología con la imagen de Shakira o la del libro de Historia con Peña Nieto mofa de una de las múltiples máximas sobre la pésima capacidad de hablar, que no hace otra cosa, que obviar de este personaje político su ignorancia extrema.
Fernando In-Morales
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