Ni hombre, ni mujer, sino MUXE: el tercer género en Oaxaca


Son de Oaxaca, una de las principales ciudades de la cultura zapoteca, una de las principales ciudades de la cultura zapoteca que ha logrado sobrevivir el paso del tiempo, y que se denominan a sí mismas del tercer género: los muxes.

Los muxes son personas que nacieron biológicamente hombres, pero que adoptan roles de mujer, pero no están en competencia con otras mujeres. En zapoteco, como en inglés, no hay géneros gramaticales. Solo hay una forma para todas las personas. Los muxes nunca se han visto obligados a preguntarse: ¿son más hombres o más mujeres?.

Se les llama muxes. Los textos académicos y los artículos periodísticos definen a esta comunidad como “hombres que presentan características femeninas”, “travestis”, “mujeres transgénero o transexuales” o como un “tercer género”.

Es difícil encontrar una sola definición de muxe. “Aún tengo dudas sobre si se debe llamar un tercer género porque si un hombre adopta características femeninas no deja ser hombre, solo escapan de la heteronormatividad.  Por otro lado, si una muxe aspira a ser mujer o se identifica como mujer, entonces no es un género distinto. 

En la muxeidad hay muchas capas y no todos se identifican o son identificados de la misma forma”. Dice Lukas Avendaño, quien forma parte de la comunidad.

Se ha dicho que hay cerca de 3 mil muxes en la región, algunos que sí buscan hacer transformaciones en sus cuerpos, aunque no es su función principal, la cual está basada en aspectos familiares y sociales.

Los zapotecos son indígenas que reconocen el tercer género, importante para la reproducción etnosimbólica de los zapotecos, para nuestra cultura mexicana y sobre todo, un grupo que es totalmente reconocido, aceptado, y amado por sus familias. 

Rol social de los muxes

Asimismo, los muxes juegan un rol importante en la familia y en las festividades oaxaqueñas, como la celebración de las velas donde la comunidad muxe se viste con el huipil característico de la mujer istmeña: falda florida, larga, un huipil decorado con muchas flores, abundante joyería de oro tanto en el cuello, en las manos, en los aretes, maquillaje abundante y el trenzado del cabello.

También difunden la vida, cultura e historia zapoteca contemporánea, que a pesar de padecer homofobia como en todas las culturas, en general son tolerados en la comunidad. Sobre todo, difunden la idea en voga de que la sexualidad no es binaria, aunque los muxes han sido aceptados como el tercer género de forma histórica y bien reconocida.

Aunque es un asunto bastante comentado hoy en día por diversos grupos e investigadores sociales, para los muxes, desde hace mucho tiempo, la sexualidad no es sólo biológica, sino que está regulada y construida por la sociedad, la cultura, los valores, la ética, la religión.

Así que, el panorama de esa forma binaria de ver a las relaciones en las comunidades muxes de Oaxaca, también nos permite comprender la complejidad del mundo actual.

De hecho, algunos muxes se casan con mujeres y siguen preservando el rol de muxes, tanto como el rol del cuidado de la familia, mientras que hay otros muxes que se casan con hombres. Así que no son hombres, ni mujeres, sino muxe y eso también los dignifica.

En Oaxaca, hay tres géneros: hombres, mujeres y muxes. Esta tercera clasificación ha sido reconocida y celebrada desde la época prehispánica, y es difícil imaginar una vida en Oaxaca sin muxes.

Hoy en día, los muxes continúan vistiéndose con la ropa tradicional del Istmo, otros prefieren vestidos de estilo occidental y los que desean usan ropa de drag queen. No importa las prendas de vestir que se usen, los muxes siempre imprimen su identidad étnica y preservan sus tradiciones y cultura.

El muxe es un término propiamente zapoteco y se puede entender mucho mejor, solo viendo el contexto cultural, político y socio histórico en el que se desarrolló. Así que el muxe solo existe en el Istmo de Tehuantepec.

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