Ante la falta de actividad en los hogares mexicanos debido a la cuarentena por el coronavirus (Covid-19), algunas personas han optado por realizar diversos proyectos para mantenerse ocupados, además de generar la práctica del autoconsumo de alimentos saludables.
Tal es el caso de los llamados huertos familiares, que constituyen un buen proyecto para esta cuarentena, que no está limitado a quienes posean jardines o terrenos en sus propiedades, sino que se puede desarrollar en cualquier sitio.
Los huertos urbanos se comenzaron a popularizar en la segunda guerra mundial, se usaron en las ciudades de Estados Unidos para producir el 40 % de los alimentos.
La cultura de los huertos se extiende a lo largo de los años, tanto en los países desarrollados gracias a movimientos ecologistas, como en países en vías de desarrollo por necesidad.
Es una Revolución casera, el cultivar nuestra propia verdura sabiendo que y como consumimos, es algo que hoy valoramos, cuando empiezas a cultivar como una afición pronto se convertirá en un estilo y filosofía de vida.
Además se evita que la comida tenga que ser envasada y transportada a la mesa , hay menos uso de materiales y menos emisión de contaminantes.
Se puede tener el cultivo en un patio trasero, en el jardín del condominio, en el balcón. Los cultivos domésticos generan un impacto positivo sobre el medio ambiente, sobretodo en relación con las emisiones de gases del efecto invernadero.
La sociedad comienza a tener más conciencia ambiental y algunas familias empiezan a formar sus propios cultivos en sus hogares.
La huerta al hogar permite una reducción notable del riesgo de pérdidas alimentarias, mediante la posibilidad de un mayor control de los depredadores y ladrones. En los sistemas de producción familiar, la mayor parte de los productos de base provienen generalmente de una o varias parcelas del mismo cultivo.
El proceso de cultivo genera más conciencia sobre lo que ponemos sobre la mesa. Mejoran nuestra percepción sobre la labor que realizan los agricultores. Además cultivar los propios alimentos permite entender y apreciar el valor nutritivo de los productos hortícolas frescos, cultivados de manera ecológica, y en perfecto estado de maduración.
Romper el impacto del cemento y los ladrillos con mantos verdes tiene repercusiones para la comunidad. Según un estudio realizado en Baltimore y Maryland y publicado en el Journal of Culture and Agriculture, estas áreas proporcionan refugio contra el deterioro urbano y revitalizan barrios de la ciudad.
Esto podría disminuir la huella ecológica la cual a grandes rasgos es un indicador que se utiliza para conocer cuál es el impacto de unos determinados estilos de vida sobre el medio ambiente.
A lo largo de los últimos años, la industria alimentaria pone cada vez más en jaque al consumidor, porque al no saber con certeza la procedencia, calidad, tratamiento y manejo de lo que llevamos a nuestra mesa, es cada vez más evidente que debemos crear conciencia de establecer un consumo inteligente, así como considerar la iniciativa de tener actividades que promuevan la sostenibilidad, seguridad alimentaria y el ahorro de recursos y energías.
De este modo, ya sea en el medio urbano o en el rural, esta opción de establecer un huerto en esta cuarentena es algo que debe ser tomado en cuenta no sólo como un pasatiempo, sino como una actividad sustentable que puede ayudar en su alimentación.
FUENTES:
- https://periodicocorreo.com.mx/anuncia-sinhue-plan-impulso-al-campo-de-guanajuato/
- https://mexico.infoagro.com/huertos-urbanos-como-alternativa-sostenible/
- https://www.elheraldodetabasco.com.mx/local/resurgen-huertos-familiares-en-medio-de-la-pandemia-5158811.html
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