La verdadera Historia Universal por Shintaro Kago.


Shintaro Kago nos enseña hoy su evolución como si de una línea cronológica se tratara, al menos esa es la sensación que tengo yo con su trabajo.

Y es que pocos autores se retroalimentan de su propia imaginería como lo hace él.

Resulta fantástico ver cómo una idea que ha surgido de una viñeta en un tomo anterior anterior, o incluso de algunas commissions que ha publicado en redes, aparece desarrollada en su versión extendida a lo largo de un trabajo posterior. Que la idea a desarrollar sea una cabeza rellena de cabezas, es otra historia.

Con esta, ya son tres las obras que Kago ha dedicado a distintos acontecimientos históricos, usando su particular forma de ver las cosas para darnos una nueva interpretación de aquellos momentos memorables que ha protagonizado las distintas culturas. 

Ya vimos lo que fue capaz de hacer en La Formidable Invasión Mongola o en el ya mencionado Dance Kremlin Palace y de aquellos barros, estos lodos. ¿Por qué limitarse a sólo un lado del mapa si tienes capacidad suficiente para descojonar (literalmente) también parte de la Historia Occidental?

De este modo, Shintaro Kago nos ofrece una nueva y muy particular concepción de distintos momentos históricos como el suicidio de Hitler, el huevo de Colón, la creación del David por parte de Miguel Ángel, las técnicas de embalsamamiento del Antiguo Egipto, la creación de imágenes desde la cámara oscura hasta el cine o la doma y usos históricos del caballo. Y tengo que decir que nunca la Historia se vio tan favorecida.

 

Que no era para tanto, era para tontos.

Está claro que el lector occidental disfrutará más con las historias que le tocan más de cerca, pero esto no quiere decir que las orientales no resulten interesantes. Es más, seguro que las mentes ávidas irán corriendo, aunque sea a Wikipedia, a averiguar los detalles de la historia real para poder reírse a gusto de la desconcertante adaptación de la anécdota de turno, y eso no es fácil conseguirlo a través de una obra de ero-guro.

Shintaro Kago es un genio. Se podrá entender y disfrutar de mejor o peor manera, pero nadie puede negar que sólo los genios idean, diseñan y dibujan de forma tan explícita sus artilugios aunque estén más cercanos a los instrumentos de tortura de la Inquisición que a las grandes maravillas del mundo.

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Disfruta de las ilustraciones de Shintaro:

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FUENTES:

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