El tren ya no echa humo
Un año más se acaba y en las cámaras las reformas y modificaciones de leyes andan al 2×1, hay que meter mano lo más posible antes de finalizar este año legislativo sin embargo, para algunos de nosotros hay un tema que se ha visto olvidado ya desde hace tiempo: la regulación sobre el consumo y la comercialización de la marihuana.
Desde el inicio del presente mandato presidencial experimentamos un empujón a esta propuesta y muchos creímos que se lograría concretar en un tiempo récord. hoy la gran mayoría dudamos de que esto llegue a convertirse en una realidad.
Al inicio todo fue miel sobre hojuelas, las propuestas de ley se aprobaban de una cámara a otra sin freno alguno, los diputados y diputadas daban entrevistas a los medios nacionales mostrando una muy forzada opinión “vanguardista” sobre el tema pero, con el tiempo esa deliciosa miel se convirtió en algo más que atole con el dedo.
Celebramos cuando se apoyo la creación de una zona liberada para el consumo de marihuana, en el área denominada como el plantón 420 justo a las afueras del edificio del senado de la república, pronto se liberarían 4 puntos más alrededor de las zonas céntricas de la CDMX.
¿Y luego? Nada, por eso digo que terminamos recibiendo atole con el dedo; no se trata de darnos áreas para fumar como si fueran parques recreativos, como si fueran corrales desde donde se puede apreciar a la fauna pacheca, lo que buscamos es poder ejercer como tal el derecho que la ley ya nos ha otorgado, el poder transitar con nuestro consumo personal sin vernos amenazados, amedrentados y violentados por las autoridades.
Las cosas se estancaron, los avances que se habían logrado comenzaron a venirse abajo con las modificaciones que se hicieron a las propuestas de ley, un ejemplo de ello fue el fiasco del aumento de la cantidad permitida para portar, se había prácticamente aceptado el aumento de 5 gramos a 28 gramos (1 oz) permitidos como posesión para consumo personal, se publicitó y se colgaron la medalla pero mientras todos celebrábamos el logro la realidad era otra, se rechazaría la modificación y se cerraría el libro de este cuento por unos años.
¿Qué opciones quedan?
No queda de otra más que tomar el camino largo y difícil, ese que esta lleno de burocracia y sujeto a juicios de valor de nuestro “honorable” sistema de justicia y aquí van los pasos simplificados:
- Hay que hacer una solicitud a Cofepris
- Esperar la negativa a la solicitud realizada
- Realizar una denuncia por el incumplimiento de la declaratoria general de inconstitucionalidad 1/2018
- Esperar a que los juicios de distrito no desechen la denuncia y en su caso reiniciar el proceso
- En un tiempo aproximado de 1.5 a 2 años se expide tu autorización sanitaria validada por la SCJ y Cofepris
Como consumidor que cuenta con su autorización sanitaria debo decir que es un tramite por demás engorroso, repetitivo y muy muy tardado, sin embargo, es el único camino que tenemos para poder ejercer nuestro derecho libre y plenamente.
Debemos recordar que la mejor herramienta para la regulación y legalización es la normalización, el hacer algo cotidiano el que se cuente con una autorización sanitaria, el abordar un avión con tu materia vegetal, con tus destilados o extractos. El mayor trabajo es de nosotros, el poder cambiar el concepto equivoco del consumidor de cannabis es nuestra mayor responsabilidad y la estamos cumpliendo, ahora toca esperar una vez más a que el estado haga su parte.
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