¡Alto a la obsolescencia programada!


La obsolescencia programada es la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos dejen de servir en un tiempo determinado, forzando con esto al cliente a volver a consumir un producto nuevo en un espacio de tiempo relativamente corto.

Celulares, computadoras, tabletas, impresoras, lavadoras, secadoras de cabello, microondas, refrigeradores y pantallas son aparatos casi indispensables para la vida diaria que fallan frecuentemente a mediano plazo y sin razón aparente.

En ocasiones es demasiado caro repararlos, otras veces es imposible encontrar la pieza de repuesto o fueron diseñados para no ser desmontados. Esto ocurre porque los fabricantes calculan y planifican el tiempo de vida de sus productos, con el objetivo de reducir deliberadamente su utilidad y con ello incitar a las personas a comprar uno nuevo.

Los fabricantes utilizan diferentes tipos de obsolescencias para programar la muerte de sus productos: a veces son fallas irreparables o inexplicables, o sacan al mercado versiones nuevas de los equipos incitando a nuevas compras para estar a la moda.

Tipos de obsolescencia

  1. · Obsolescencia funcional y tecnológica: Se da debido a un defecto funcional, avería o incompatibilidad.
  2. · Obsolescencia de calidad: Después de un corto tiempo el producto presenta fallas y mal funcionamiento
  3. · Obsolescencia psicológica: Se siembra la idea de que el producto deja de ser el de novedad o el última tendencia.

Acciones contra la OP

Una ley que sin duda parece una buena noticia ha sido aprobada en Europa, la ley de derecho a la reparación. La Unión Europea obligará a los fabricantes a elaborar smartphones más sostenibles. Las normas, que entrarán en vigor hasta el 2027, harán que las grandes compañías de dispositivos móviles se vean obligadas a que las baterías sean más fáciles de reemplazar, que proporcionen actualizaciones de software durante más tiempo y que usen más materiales reciclados en sus productos.

¿Qué es el “derecho a reparación” de la UE?

La Unión Europea trabaja actualmente en la introducción de un “derecho a reparación” de determinados aparatos para contribuir a reducir la basura electrónica.  La propuesta obligaría a las empresas a ofrecer a los consumidores el derecho a reparar sus aparatos y máquinas, ya sea a través del fabricante o de un tercero.

El sistema reduciría el despilfarro al dar a los consumidores el derecho a pedir una reparación en lugar de una sustitución, y al hacer las reparaciones más fáciles y rentables. Esto animaría a los fabricantes a desarrollar productos y modelos de negocio más sostenibles. Según la Comisión Europea, la tecnología que se desecha en lugar de repararse produce ya 35 millones de toneladas de residuos y 261 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año en Europa.

 

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