Cerebro, música y hormonas.


La música cura, nos rodea e inunda, nos emociona y nos hace viajar en el tiempo, nos llena de momentos de paz, de alegría, de tristeza, incluso miedo; la música se encuentra en cualquier parte, en cada sonido y en cada voz. Pero, ¿Qué le ocurre realmente a nuestro cerebro cuando escuchamos una melodía?. 

Con la música conseguimos activar los dos hemisferios de nuestro cerebro y permite crear conexiones entre ellas, por ejemplo el hemisferio izquierdo se encarga de la parte más lógica, el razonamiento, los números , el lenguaje, etc. Por otro lado, el hemisferio izquierdo gestiona las funciones más intuitivas, imaginativas y creativas. La música llega a nuestro cerebro y allí produce ciertas sustancias que acaban generando sentimientos placenteros, nuestro oído y cerebro están más conectados de lo que podemos imaginar.  

Te descubrimos algunos detalles de esta compleja relación.

La música afecta las emociones 

En el mundo audiovisual lo saben muy bien, si has probado alguna vez ver la misma escena de una película con distintas melodías de fondo seguro te das cuenta de la importancia de la música. Por ejemplo, el cine de terror donde el sonido es empleado para generar suspenso, terror y angustia. Se debe a la reacción de la amígdala cerebral, que son un montón de neuronas que se sitúan temporalmente en nuestro cerebro y nos deja entrar en un estado de alerta ante el estímulo sonoro que está sonando. 

 

 

 Un cerebro musical

Capacidad de percepción, movimiento, coordinación o audición, son algunas de las virtudes esenciales de un buen músico e implica que su cerebro cuente con algunas partes especialmente desarrolladas. Claro, también todo es cuestión de trabajar y desarrollar nuestras habilidades. Ambos hemisferios del cerebro se encuentran altamente conectados mediante una estructura de fibras nerviosas que se agrupan en el denominado cuerpo calloso, cuentan con un buen desarrollo del cerebelo, que es la parte encargada de la percepción del ritmo.

 

                                                        foto: cochinoPop

   La música ablanda nuestro mal humor. 

 Escuchar música puede tener un efecto tranquilizador y es por eso que existe la musicoterapia. La musicoterapia es una campo de la psicología, es un proceso destinado a facilitar la comunicación, aprendizaje, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, busca descubrir potenciales, restituir funciones del individuo para que alcance una mejor organización interpersonal. 

La música actúa sobre el hipotálamo, el núcleo de accumbens y el área tegmental ventral, lo que activa los centros de recompensa y placer de nuestro cerebro. También estimula la producción de óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora; la liberación de serotonina; y ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés y la ansiedad.

                                 foto: El arte de vivir. 

  Triste pero me gusta

Algunas personas disfrutan escuchando canciones tristes, esto es debido a otra hormona, la Prolactina.  La música triste nos gusta por cuestión de hormonas, la prolactina es segregada por nuestro cerebro cuando nos sentimos tristes, nos da un sentimiento de consuelo, sirve como calmante de la pena.

Foto:freepik

Anhedonia musical

Lo creas o no hay personas que no tienen sensaciones placenteras al escuchar música, no tienen placer cuando están escuchando música. ¿Por qué hay personas que no sienten placer con la música?, tampoco se trata de una enfermedad, si no de un trastorno conocido como Anhedonia musical. Este trastorno impide sentir placer a quien escucha la música y parece estar relacionado con las vías nerviosas que relacionan el oído con el sistema de recompensa de nuestro cerebro. 

         foto: radionotas

No puedes dejar de cantar esa canción … 

A todos nos a ha pasado, tienes una canción en la cabeza aunque la detestes, nos pasa mucho sobre todo con melodías de algunos anuncios. En ocasiones, tratándose de la música, nuestro cerebro interpreta que hay trozos de la melodía incompletos, y procura llenar los espacios que le faltan y la repetición es la manera que tiene de buscar las piezas que no tiene. La publicidad acude mucho a esta “jugarreta” de nuestro cerebro para crear un vínculo y así hacer que pensemos todo el rato, de alguna manera, en el producto que están intentando vender. 

 

La música nos une.

Cuando varias personas escuchan a la vez un mismo tipo de música, es susceptible de estimular sus neuronas cerebrales de la misma manera, dando lugar a una especie de sincronización que puede desembocar en una experiencia o conexión emocional compartida a través del ritmo. Uno de los ejemplos más habituales son los concierto de música, de hecho también puede ser la razón por la que en muchas culturas, a la hora de las batallas, armonizan con tambores de guerra u otros instrumentos para sincronizar los combates y acrecentar la valentía de los luchadores.

 

                                             Foto: Monitor Latino

Los investigadores comprobaron que en las personas que disfrutan de la música hay un gran acoplamiento entre la actividad de la corteza auditiva, localizada en el lóbulo temporal de nuestro cerebro, en resumen, según estas investigaciones, la música provoca en nuestros cerebros reacciones comparables a las que generan estímulos placenteros y necesarios para nuestra supervivencia como especie, tales como la comida o el sexo.

A partir de ahora mirarás de otra forma ese disco de Mozart, Nirvana, Massive Attack o Rihanna que tienes en la estantería…

 

Fuentes:

 

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