Están prendidas las alarmas sobre el calentamiento global, ha habido una caída feroz de las bolsas de valores del mundo y políticos irresponsables siembran fealdad y desasosiego. “No soy quién para cuestionar los códigos de la desesperanza”. Una ligera sospecha, o mis pensamientos están fuera de control por el pánico colectivo sobre la ya mas popular “pandemia” del Coronavirus; muchos de mis contactos en Facebook se muestran preocupados por que no saben lo que va a pasar con el país a causa de esta enfermedad, otros publican memes y se muestran despreocupados, a otros les preocupa la manera en que nos afectara económicamente, primeramente por que muchos de ellos viven y vivimos al día.
Mi hermana Mariana, quien radica en París, Francia, nos contó a mi mamá y a mi las ultimas noticias que se viven en París, se encuentran ya en cuarentena, su novio Kevin también ya se encuentra trabajando desde casa; todo esta cerrado, restaurantes, museos, tiendas, todo; su profesión es ser chef, dice que el día de ayer se presentó a trabajar, pero los empleados solo fueron solicitados para limpiar y congelar todo. El restaurante donde labora les regalo todos los insumos del lugar, por lo que Mariana estaba feliz por que tiene su refrigerador lleno y está lista para pasar estos 40 días en casa.
No se preocupen, tenemos mucha comida, estamos bien y solo nos queda esperar a que pase esto; salgan lo mas mínimo por que esto va para largo, no se crean invencibles por favor; y concluyo con un “Las quiero”.
Foto mandada por Mariana.
Obviamente esto despertó un gran miedo en mi, ¿Debería llenar mi despensa? ¿Deberíamos dejar de salir?; si en Francia, China, Italia, Europa en general, que son primer mundo hay ya muchos fallecimientos, mis pensamientos sobre México me hicieron entrar en una histeria emocional: ¡Todos vamos a morir!. ¿Los hospitales de México tendrán la capacidad de atender correctamente a los que se infecten?, de las 95 pruebas que se han hecho, cinco han sido confirmadas, 69 negativas y 21 se reportan como casos sospechosos.
Uno de mis contactos en Facebook de nombre Karel Gorenc, quien se dedica a la labor artesanal por excelencia; expresaba su preocupación por su economía, la cancelación de un evento de nombre “Festival del sabor” donde también abría exposición artesanal y venta de cartonera; el decía que para algunas personas pueden ser buenas noticias, pues ¿quien quiere enfermarse de Coronavirus?, pero, para los que se dedican y viven de la labor artesanal, este tipo de eventos representan un respiro económico para ellos, pues, de por sí, su trabajo no es bien remunerado (si bien les va) y en muchos casos denostado por parte de la sociedad.
Como artesanos hacemos producciones especiales para este tipo de eventos, al cancelarse nos quedamos con producto que nos costará más trabajo vender, en el caso de los Maestros Cartoneros Tradicionales la producción es de cientos de piezas las cuales tendrán que embodegar o malbaratar.
Maestro artesano Karel Gorenc.
Esto incluye a puestos ambulantes de comida, vendedores ambulantes, restaurantes, museos, escuelas, etc… Estamos hablando de un declive económico para todos. ¿Qué pasara con la gente de escasos recursos?, ¿con los que viven al día?, ¿con la gente que no pueda pagar un doctor? o con aquellos que no se pueden permitir entrar en cuarentena. ¿Acaso el gobierno de México apoyara a todos por igual?.
Por esta situación de salud que atravesamos en el mundo, también muchos eventos públicos se han cancelado y otros no, en algunos países se cancelaron eventos musicales y deportivos para evitar las aglomeraciones de personas, el menor contacto físico, para así reducir el riesgo del contagio.
Claro que en México se mantiene, por ahora, como la excepción. En México, empresas del sector de entretenimiento, como Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), mantienen luz verde en los eventos masivos, entre los que destaca el Festival Latinoamericano Vive Latino, que pese a la alerta, 110 mil personas acudieron al festival; sin duda el mexicano es un ser que se cree invencible.
El Vive Latino 2020.
La pregunta es: ¿por qué los mexicanos tenemos esta actitud tan peculiar frente al coronavirus? ¿Por qué intercambiamos mensajes a lo loco? ¿Por qué creemos en cualquier recomendación que nos llega por WhatsApp? ¿Por qué fuimos los primeros en hacer compras de pánico? Porque nos sentimos abandonados por nuestras autoridades.
No es que los mexicanos seamos tontos. Al contrario, porque sabemos lo que tenemos, si una comadre viene y nos dice que el coronavirus se cura tomando un caldito de pollo, no solo le creemos, compartimos la información a destajo y salimos corriendo a comprar los ingredientes para hacer el mejor caldo del mundo. El problema del coronavirus no es solo el del coronavirus, es el de la ausencia de credibilidad de quienes nos gobiernan. ¿Adónde puede llegar un país donde la sociedad no cree en sus cabezas? Esto ya no es un tema político, es un tema de vida o muerte.
Y si nuestras autoridades, en su infinita soberbia disfrazada de humildad, no reflexionan sobre esto, podrían provocar una tragedia de verdad, una catástrofe que iría más allá “Aún en el escenario más favorable, va a haber un impacto”.
FUENTES:
- https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/que-pasara-cuando-mexico-entre-a-fase-2-del-coronavirus-4970407.html
- https://politica.expansion.mx/mexico/2020/03/03/mexico-esta-preparado-para-enfrentar-el-coronavirus
- https://www.dinero.com/internacional/articulo/como-afecta-el-coronavirus-a-la-economia/281478
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