Empleos malos y mediocres: La soberbia del gobierno panista en Guanajuato.


La primera armadora automotriz que llegó a el estado de Guanajuato fue General Motors, todo esto durante el primer gobernador panista en el estado, Carlos Medina. Hoy al cumplirse 30 años de gobiernos panistas se mantiene la política económica que pretende manejarse como modelo de bienestar social, que estaba basada en la atracción de empresas transnacionales.

Martín es un trabajador que ha dedicado siete años de su vida a General Motors, que pretendía, pero loa realidad de los guanajuatenses como Martín solo ofrece escasas posibilidades de educación y la oferta de empleos con precarios salarios y jornadas laborales de hasta 12 horas.  

En el año de 1992, está empresa firmo un acuerdo de colaboración con los gobiernos estatales y federales para construir el complejo de Silao. Finalmente inició operaciones en julio de 1997 con Vicente Fox como gobernador.  Y así se dio comienzo a lo que serian los grandes consorcios interesados en Guanajuato por las facilidades otorgadas por el gobierno estatal y la mano de obra barata. 

Sexenio tras sexenio, presumían indicadores de desarrollo por la generación de empleos, los gobernadores  en turno hacen alarde de la instalación de empresas, sin que exista una evaluación real del costo-beneficio sobre los miles de millones de pesos que se reservan para la entrega de estímulos a loa grandes consorcios, principalmente del ramo automotriz.

Para asegurar la instalación de las empresas, tan solo durante los últimos nueve años, el gobierno de Guanajuato ha destinado 2 mil 675 millones 876 mil 696 pesos.

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Está empresa es una de las que mejor paga a sus trabajadores, aunque actualmente sus empleados comienzan ganando 1 mil 250 pesos a la semana.

Martín recuerda que en 2014 tenía poco más de un año de haberse casado, su hija tenía dos meses de nacida, cuando buscando un trabajo llegó a una oficina de gobierno donde promovía vacantes de empresas. Se postuló como operador de producción de GM “Al final pagan bien”. 

Después de todo el papeleo, consigue el empleo que le permitía tener un ingresos semanal de 800 pesos. Ahora, a punto de cumplir siete años en la empresa, asegura que ha llegado al

Después de una serie de entrevistas y evaluaciones, consiguió el empleo que le permitía tener un ingreso semanal de 800 pesos. Ahora, a punto de cumplir siete años en la empresa, asegura que ha llegado al máximo escalafón al que puede aspirar con un sueldo de 569 pesos diarios.

“Me levanto a las 03:30 de la madrugada de lunes a jueves, selecciono mi ropa que me voy a poner, boleo mis zapatos, me meto a bañar. A las 04:00 o 04:15 ya tengo que estar listo, bajo al comedor, desayuno lo que tengo para salir de la casa a las 04:50”. Martín camina durante cinco minutos de su casa a la parada del camión y a la planta llega a las 5:45 am.

A las 06:00 de la mañana, después de pasar todos los arcos de salud, revisiones y medidas, debe estar en su área de trabajo para comenzar a trabajar.

A las 11:00 de la mañana llega su primer descanso de 30 minutos para almorzar. A las 15:30 horas, vuelven a darles un descanso de 15 minutos para un refrigerio, y a las 18:00 horas termina su jornada. Va al estacionamiento donde los camiones de transporte de personal esperan para regresar a casa, si no hay algún accidente en carretera, llega a Irapuato alrededor de las 19:20 horas.

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El panorama social asociado a las oportunidades de ingreso y bienestar es aún más funesto. Estudios realizados desde la academia y por organizaciones de la sociedad civil reflejan que los trabajadores padecen estrés laboral. Sus ingresos, en el mejor de los casos, alcanzan para la canasta básica, además de que los trabajadores padecen estrés laboral.

Jazmín y Omar, viven en la colonia Periodistas Mexicanos, dentro del desarrollo Jacinto López en León, se juntan la precariedad laboral, los efectos contraproducentes de la política pública y una violencia desbordada, dejando ver que en Guanajuato inversión, inseguridad y pobreza hacen buena mancuerna. Lastimosamente el ingreso entre ambos no llega a los 10 mil pesos mensuales. 

Trabajan en Conform Gissing International, que es una empresa ubicada en el parque industrial Colinas de León, que se dedica a la elaboración de interiores para automóviles de lujo para Tesla Motors y BMW, pero tristemente sus sueldos no superan los 1 mil pesos semanales.

Dicen que reciben “prestaciones de ley, bonos, vales, comedor, fondo de ahorro patronal, transporte gratuito. Todo”. Sin embargo, trabajan por las noches en horario fijo, sin posibilidad de un turno por la mañana o la tarde.

Las empresas de Colinas de León fomentan los tiempos laborales extra. “Si ocupan que trabajes por toda la semana, se trabaja 12 por 12. Entras a las 7 de la mañana y sales a las 7 de la noche. Y luego otro turno de 7 de la noche a 7 de la mañana, de lunes a viernes. Las horas se pagan sobre el salario 25 pesos la hora, si son dobles, 50 pesos la hora, si son triples 75 la hora, y también se trabaja el fin de semana en tiempos extras, sábado y domingo”.

Apuesta por estímulos y poca educación

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Los gobiernos panistas de Guanajuato han destinado 2 mil 675 millones 875 millones 876 mil 696 pesos a incentivos, de acuerdo con datos obtenidos a través de transparencia, para que empresas naciones e internacionales se instalen en el estado con la promesa de generar empleos, el salario promedio en la entidad está por debajo de los 5 mil pesos mensuales.

Diversos estudios de investigadores en México, como los realizados por Alex Covarrubias del Colegio de Sonora, revelan que un trabajador del sector automotriz en el país gana una décima parte de lo que percibe un empleado con las mismas funciones en Estados Unidos o Canadá.

Los puestos que se ofertan en bolsas de empleo para trabajar en las plantas automotrices en Guanajuato van de los 5 mil para operadores hasta los 24 mil pesos para ingenieros.

El gobierno estatal apuesta por cursos para el empleo a través del Instituto Estatal de Capacitación (IECA) en los que forman a guanajuatenses en hojalatería automotriz, electricidad, soldadura, operador electromecánico, seguridad e higiene industrial, entre otros, que lleva a las personas a emplearse en las empresas transnacionales que ofrecen sueldo base más prestaciones.

Mientras tanto, de acuerdo con el Índice de Progreso Social 2020 que publica la organización México, ¿Cómo vamos? la cobertura de educación superior en Guanajuato apenas alcanza al 24.3 por ciento de la población entre los 18 y 23 años de edad.

Desarrollo Social

La información de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano de Guanajuato, en el año de 2019 destinaron 1 mil 132 millones de pesos y 1 mil 030 millones durante 2020 a todos los programas sociales de la entidad.

Los programas sociales de la entidad reportan 145 mil 800 personas como beneficiarias en 2019 y 151 mil 328 en 2020, de acuerdo con datos obtenidos de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano a través de transparencia. Pero solo los Centros Impulso Social, que actualmente hay 55 repartidos en 33 de los 46 municipios, han recibido un financiamiento de 574 millones desde 2016, incluyendo el presupuesto ya asignado para 2021, y con la mayor cantidad de personas beneficiadas.

Sin embargo, un estudio publicado en 2020 a cargo de la investigadora de la Universidad de Guanajuato, María del Carmen Cebada Contreras, revela que los Centros Impulso Social en la entidad no son tan benéficos para las comunidades como lo asume el gobierno del estado.

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Caída económica en tipos de COVID.

La caída económica se ha visto reflejada en la pérdida de empleos formales que ha llevado a la entidad a incrementar el empleo informal.

Guanajuato es la entidad número 29 en recuperación económica, con un nivel muy bajo, de apenas 83% del crecimiento esperado si no hubiera pandemia

La entidad no solo fue la segunda con más contagios de COVID-19 durante la última oleada de infecciones en el país, es el cuarto estado con peor desempeño económico hasta el tercer trimestre.

 Jazmín trabajó en Kromberg & Schubert, pero dice: “me quedé sin trabajo, nos mandaron a cuarentena cuatro meses, y aunque sí nos daban el salario, luego nos despidieron”.

La precipitada caída en materia económica que ha tenido el estado quedó también reflejada en el estudio de México, ¿Cómo vamos?, organización social que evalúa el comportamiento de las variables económicas.

En Guanajuato el crecimiento económico fue de menos 5% en 2020, mientras la informalidad en el empleo pasó de 50.6 al 52.9%.

La productividad bajó 139 a 136 pesos, de acuerdo a los datos del Banco de Información Económica del INEGI.

Con la llegada de la pandemia, Martín se enteró del despido de “muchos trabajadores” porque se contagiaron de COVID-19. “Llevaron los resultados (positivos de la prueba) pero la empresa los despidió y el sindicato no los respaldó”.

Sabe que han muerto 12 de sus compañeros de la planta por COVID, y cada uno de los 5 mil empleados aporta 20 pesos, al juntar esos 100 mil pesos, el sindicato lo entrega a las familias, o al menos así debería de funcionar.

Martín está por cumplir 6 meses desde que se incorporó a sus labores, después de permanecer en casa por la diabetes que lo mantiene en grupo vulnerable. Lo descansaron desde abril hasta el mes de agosto, tiempo en el que recibió sueldo completo.

A inicios de septiembre le pidieron que regresara a laborar: “me llamaron y me dijeron que tenía que presentarme, consideraron que no estaba tan enfermo y me hicieron regresar”.

Otro estudio revelador en materia económica es el Índice de Desarrollo Democrático de México 2020, que realizó la Fundación Konrad Adenauer en colaboración con otros organismos públicos y privados, donde queda clara la brutal caída que tuvo Guanajuato en materia económica durante el año que terminó.

A pesar de lo anterior, en la promoción del tercer informe de gobierno, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, insiste en que la economía de Guanajuato ha sido de las menos afectadas gracias a la atracción de inversiones.

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Sindicalismo depredador

Al estar sindicalizado, Martín tiene beneficios que no obtendría como trabajador de confianza.

Cumpliendo un año en General Motors pueden aplicar para ser líder de equipo; sin embargo, no es la prioridad de Martín, porque al llegar a ese ascenso los trabajadores dejan de pertenecer al sindicato de CTM por tratarse de un puesto de confianza, y por algún error la empresa puede despedirlo, despidos que ha visto a lo largo de su vida laboral en la planta.

La CTM se volvió agiotista: como una de las prestaciones, a cada obrero o empleado que ingresa y forma parte del sindicato se le ofrece el servicio de préstamos por 7 mil pesos.

Al cumplir dos años, Martín solicitó el préstamo y con él aceptó las condiciones del sindicato que incluye el descuento de 500 pesos por semana vía nómina. Los pagos se hacen durante un año, por lo que cada trabajador termina pagando 24 mil pesos; es decir, pagan 17 mil pesos de intereses.

La primera vez que lo utilizó fue para hacerle una fiesta a su hija, después cada año al terminar de pagarlo volvía a solicitar otro préstamo por la misma cantidad.

El préstamo anual también sirve para “darnos un gusto como llevar a la familia a comer a un restaurante”. Explicó que este año ha sido el único que no ha pedido el préstamo, pero “estoy por ir”.

Una carcajada soltó su hermano desde la sala. Martín se detiene un poco en pensar y sonríe porque sabe que está pagando mucho por un favor.

¿Vale la pena?

—Claro que no, pero es dinero fácil y de momento, acepto.

¿Es legal?

—Pues no debería de ser legal, pero se supone que el sindicato está para apoyarnos.

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FUENTES:

  • https://poplab.mx/article/MalpagadosprecariosyesclavizantesasilosempleosqueimpulsaelgobiernodeGuanajuato
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