El Núcleo de la Historia


Nuestra Nación tiene narrativas diversas y confusas, unas heroicas, otras desgarradoras, incluso fantasiosas, el hecho es interpretar quien lo dice y como, es decir, quien se apropia de la Historia, pues en el apotegma inigualable en la canción “Testify” de Rage Against de Machine (who controls the past now controls the future, who controls the present now controls the past), es decir, quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el presente controla el pasado. Esto es la estrategia de manipulación histórica, pocos líderes y políticos en México a partir de su Independencia han utilizado esta poderosa herramienta, tal vez, la más efectiva y certera de todas. Es fácil, quien cuenta la Historia puede cambiar no solo el final, sino el transcurso de la narrativa que nos tiene al filo del asiento. Pocas palabras atrapan la atención del ser humano como el “erase una vez” o “les voy a contar un cuento”, ya que nuestra imaginación vuela y tenemos ansias ocasionadas por vacíos de información y altas expectativas de conocer la verdad por lo cruda o cruel que supone ello para nuestra burbuja de “realidad”.

En el siglo XIX la primer gran historia se cuenta con López de Santa Anna (el Gran Traidor), miles de leyendas y cuentos fantásticos albergaron su nombre, matizando la mayor tragedia nacional jamás conocida: La Perdida del Territorio. Después los liberales encabezados por Juárez  acuñaron estratégicamente una línea propagandística vs los conservadores y el nuevo villano extranjero: Maximiliano.

Posteriormente Porfirio Díaz utilizó como nadie la maquina del tiempo a su favor: enalteció la figura de Juárez, el gran cómic de los Niños Héroes, la batalla de Puebla vs los franceses, es decir, tenia un cuento para aniquilar mínimo en el imaginario colectivo a los enemigos (conservadores, gringos, franceses), había una historia para cada cual en su tiempo y espacio..

La época PostRevolucionaria entendió muy bien el poder de la Historia y la manipuló a favor, creando villanos (Diaz, hasta el propio Carranza, Villa, Zapata) fueron aniquilados y aplastados por la máquina priista del tiempo. Esto duró cerca de 70 años, hasta que la transición puso contra la pared a la Alternancia, vaya disyuntiva, el PAN (contrarrevolucionario, dogmático, catolico, conservador) no supo dirigir su narrativa histórica en la práctica política y dejó más confusiones y dudas que certezas.

Ahora con la 4 Transformación, alguien que entiende mejor que nadie el capital político de la Historia es AMLO, por eso es precisamente la 4T, (Independencia, Reforma, Revolución) y él se pone al centro de su propio discurso del presente para ir forjando pasado y futuro. Suena difícil que dicha transformación sea efectiva con un modelo/sistema anclado al pasado, por eso los vinos nuevos no caben en odres viejos. El Núcleo de la Historia no tiene narrador, no tiene dueño, si bien nuestro México nunca ha actuado de manera lineal, más bien se comporta en momentos cíclicos que en espiral parecen aún no tener fin ni finalidad.

Debemos apropiarnos del núcleo y escribirlo día con día, momento a momento en colectivo, nunca más de manera unitaria ni personal, cuestión que queda claro,  no cabe en este régimen.

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