El primer y más escandaloso desnudo femenino de la historia del cine fue protagonizado por la actriz vienesa Hedy Lamarr (1914-2000) en la película Éxtasis, de 1933.
Está película fue rodada en Checoslovaquia y dirigida por Gustav Machaty, la cinta narra la relación adúltera de una bella joven casada con un hombre impotente.
La actriz aparece tal cual vino al mundo nadando en una piscina y casi otros minutos corriendo por un bosque igualmente desnuda, también fue la primera vez en una pantalla que una mujer simulaba tener un orgasmo.
A pesar de las críticas religiosas y la indignación de los más puritanos, la película fue un gran éxito comercial en aquellos países donde pudo verse sin censura y saltó a la fama a la actriz Hedy Lamarr, que empezó una carrera en Hollywood.
Michelangelo Antonioni, entonces treintañero crítico de cine, escribió sobre la cinta:
“Aquella tarde, en el jardín del hotel Excelsior, se oía la respiración de los espectadores atentísimos, se escuchaba un escalofrío que corría por la platea”.
Mussolini (dictador italiano), en su sala personal, debió de sentir algo parecido. Al parecer, ese día, él llegó enfurecido a la proyección. Sin embargo, desde que empezó el filme, se dice que no soltó ni una palabra. Y, cuando terminó, tan solo dijo:
“Desde luego, es una mujer muy bella”.
Éxtasis se salvaba así de la primera censura.
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Pero no todos, apreciaron la película. Varios países la censuraron, se sintieron incómodos ante tal exceso de erotismo.
Y se cuenta que Fritz Mandl (proveedor de armamento para Hitler y Mussolini), marchante de armas y primer marido de la actriz Lamarr, intentó adquirir todas las copias de la película para que nadie descubriera el cuerpo de su esposa.
Después de eso la sometió a una vigilancia constante, prácticamente la mantuvo encerrada en casa, pero la actriz aprovechó su semi enclaustramiento para continuar sus estudios de ingeniería y utilizar su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época.
De la cárcel conyugal huyó como una prisionera. Aprovechó una cena para dormir a una criada, le quitó la ropa y se disfrazó con su uniforme. Lamarr se escapó con todas sus joyas cosidas en la ropa. Aquello era un salvoconducto para la libertad.
Aterrizó en Londres y allí entró en contacto con Louis B. Mayer que reclutaba a actores que huían del nazismo para su estudio: Metro Goldwyn Mayer. Durante el viaje en barco a Nueva York, Hedy deslumbró con su belleza.
Apenas sabía inglés, pero destacó entre todas las actrices que llevaba Mayer. Inició entonces una carrera que solo frenó para desarrolla la frecuencia. Al ser ignorado su invento retomó la carrera cinematográfica. Lamarr claudicó. Solo podía ser la mujer más bella del mundo.
Se le atribuye la técnica de conmutación de frecuencias, la actriz tenía una prodigiosa cabeza que le permitió desarrollar la teoría del espectro ensanchado, se le conoce como la precursora del wifi.
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