Pandemia y Culpa.


Mucho se ha hablado ya de la pandemia y de las recomendaciones a seguir, los cuidados que debemos tener, los nuevos protocolos de seguridad, los rituales sanitarios a practicar para sentirnos a salvo. Con el fin único de poder incorporarnos a lo que hemos decidido llamar  “la nueva realidad”.

Seguramente en este momento ya participaste de varias prácticas; Te lavaste las manos incontables veces, te bañaste de la cabeza a los pies con un spray antibacterial, llevas puesto un cubrebocas, careta y si eres de los más estrictos, guantes de latex para evitar exponer el tacto a cualquier agente de contagio, sin omitir que dentro de tu campo óptico debe existir un bote de alcohol en gel para untartelo en caso de que sientas que estás en una situación de riesgo, todo esto acompañado de la matemática consciente de la sana distancia a un metro como mínimo de las otras personas.

Estás familiarizado con indicaciones, tales como: No salir de casa, salvo para lo necesario, ir al super, trabajar, reunirte únicamente en grupos reducidos, permanecer confinado y de ser posible seguir tus ocupaciones laborales desde tu ordenador, en línea respetando el home office, y así, evitar las cadenas de contagio, reduciendo la famosa y poco entendible curva.

Lamento decirte que estas prácticas y esta nueva mentalidad de comportamiento social nos estan llevando a sentir la responsabilidad de acciones negativas o perjudiciales que se atribuyen a una persona, es decir, sentir culpa.

Culpa por que saliste, culpa por NO llevar el cubrebocas, culpa por hablar con alguien sin cuidar la proximidad, culpa por olvidar lavarte las manos, culpa por no sanitizar el espacio que ocupas, culpa y más culpa.

Sientes que hay algo que puede perjudicarte en el ambiente o que puedes perjudicar a alguien y ahi tambien te regresa la culpa. La culpa puede integrarse al inconsciente, rigiendo tus pensamientos y conducir tu comportamiento.

Viviendo con sufrimiento y dolor muchas acciones de tu vida diaria. Es por eso que es necesario parar ese síntoma de culpa y evitar mandar esa orden al inconsciente, así evitar ser rehén de tu propia libertad y ser parte de un colectivo enfermo derivado de la culpa.

Yo no soy culpable de la pandemia, tu no eres culpable, ellos no son los culpables, nosotros no somos los culpables, dejemos de echar la culpa al otro y lo más importante dejemos de buscar culpables. Empaticemos con la enfermedad, pongamosla donde debe de ir, en la sombra de nuestra existencia, dejemos que ahi se quede para que se vaya apagando sola.

Seguir las recomendaciones pero sin sentirnos culpables. De no hacerlo empezaremos a vivir alejándonos del resto y de nosotros mismos, viviendo desde una metodología social que  desencadene sufrimiento, miedo y desesperación. Recuerda que hacer juicios desde la culpa es el resultado de la ignorancia y la culpa es por si misma, un síntoma de ignorancia. Que harias si te dijera que no somos culpables de todo lo que pasa alrededor y por consecuencia no puedes sentir culpa por estar vivo.

Es un momento para resetear nuestro disco duro, donde la vida misma se manifieste desde su plenitud y  vuelva a recuperar la valía que tenía desde antes del confinamiento y que curiosamente estábamos volviendo a vivir y que la pandemia pareciera nos quiere quitar lo que ya habíamos recuperado.

NUESTRA PROPIA LIBERTAD INDIVIDUAL.

Sal, camina, haz ejercicio, trabaja, come sano, platica, sonrie, cuida tu salud, protege lo que mas quieres, sigue y atiende las recomendaciones, pero lo más importante deja de sentir culpa por vivir, no permitas que el efecto pandémico paralice desde el miedo y la culpa tu realidad presente.

                                                                                                                              Fernando in-Morales

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