En 1967 el boom latinoamericano sucedió luego del éxito comercial de “Cien Años de Soledad”, la obra cumbre del autor colombiano Gabriel García Márquez. Hasta la fecha se han vendido más de 30 millones de ejemplares y ha sido traducida a 35 idiomas.
Cuando hablamos del boom latinoamericano nos referimos a un fenómeno cultural, social y literario que surgió entre la década de los sesenta y los setenta. Las obras de un grupo de novelistas latinos relativamente jóvenes fueron ampliamente distribuidas en Europa y el mundo.
El boom está estrechamente vinculado a 4 autores en particular: Gabriel García Márquez (Colombia); Julio Cortazar (Argentina); Mario Vargas Llosa (Perú) y Carlos Fuentes (México).
Los icónicos escritores rompieron paradigmas, desafiando las normas preestablecidad de las letras latinoamericanas. De trabajo experimental, debido al clima político de la América Latina de la década de los sesenta.
El crítico de ficción Gerald Martin escribió al respecto en el El Boletín de Investigaciones Latinoamericanas:
«NO ES UNA EXAGERACIÓN AFIRMAR QUE EL SUR DEL CONTINENTE FUE CONOCIDO POR DOS COSAS POR ENCIMA DE TODAS LAS DEMÁS EN 1960. ESTAS FUERON, EN PRIMER LUGAR, LA REVOLUCIÓN CUBANA Y SU IMPACTO TANTO EN AMÉRICA LATINA COMO EN EL TERCER MUNDO EN GENERAL. EN SEGUNDO LUGAR, EL AUGE DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA, CUYO ASCENSO Y CAÍDA COINCIDIERON CON EL AUGE Y CAÍDA DE LAS PERCEPCIONES LIBERALES DE CUBA ENTRE 1959 Y 1971».
El esplendor de la literatura latinoamericana comenzó con los escritos de José Martí, Rubén Darío y las salidas modernistas de José Asunción Silva del canon literario europeo. Los escritores modernistas occidentales como James Joyce también influyeron en los escritores del boom; al igual que los escritores regionales del movimiento vanguardista (Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro, César Vallejo).
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Las novelas del género son esencialmente modernistas. Tratan el tiempo como no lineal, y a menudo utilizan más de una perspectiva o voz narrativa. Presentan una gran cantidad de neologismos (la acuñación de nuevas palabras o frases), juegos de palabras e incluso blasfemias.
Otras características notables incluyen el tratamiento de los «entornos rurales y urbanos», el internacionalismo, un énfasis tanto en lo histórico como en lo político. La literatura en auge derriba las barreras entre lo fantástico y lo mundano, transformando esta mezcla en una nueva realidad.
Quién sí y quién no debe ser incluido en el boom ha sido ampliamente debatido y nunca resuelto. Por una parte, algunos escritores ejercieron una influencia amplia e indiscutible. Por otra, diversas plumas fueron relegadas.
El día de hoy te compartimos 4 autores pocas veces referenciados del boom latinoamericano de literatura.
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María Luisa Bombal (Chile)
María Luisa Bombal Anthes (1910-1980), fue una escritora chilena. Logró condecoraciones importantes como el Premio Ricardo Latcham en 1974; el Premio Academia Chilena de la Lengua en 1976; y el Premio Joaquín Edwards Bello en 1978. Aunque muchos intelectuales del país pedían que María Luisa recibiese el Premio Nacional de Literatura, este nunca se le concedió.
Su trabajo es ahora muy apreciado. Incorpora temas como el erotismo, surrealismo y feminismo. Se encuentra entre un pequeño número de autoras latinoamericanas cuyas obras recibieron elogios en todo el mundo.
En cada novela y cuento escrito por María Luisa, existe una fuerte distinción entre cómo piensan y se comportan las mujeres y los hombres. Podemos ver esto claramente, cuando en la mayoría de sus obras, los personajes femeninos y masculinos están separados por una enorme brecha de género y las relaciones entre ambos son problemáticas o defectuosas.
Para Bombal, la feminidad es un símbolo de singularidad, más relacionado con la naturaleza, las emociones y la intuición; muy diferente a cómo se representa la masculinidad, donde se describe a los hombres como más fuertes y sabios, a la hora de afrontar los problemas.
Sus obras más conocidas son ‘La última niebla’ y ‘La amortajada’.
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Augusto Roa Bastos (Paraguay)
Augusto Roa Bastos (1917-2005) fue un novelista y cuentista paraguayo. De adolescente luchó en la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, y luego trabajó como periodista, guionista y profesor. Es más conocido por su compleja novela ‘Yo el Supremo’, y por ganar el Premio Miguel de Cervantes en 1989, el reconocimiento más prestigioso de la literatura española.
‘Yo el Supremo’ explora los dictados y pensamientos internos de José Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco, el excéntrico dictador de Paraguay quien gobernó con mano de hierro, desde 1814 hasta su muerte en 1840.
Las novelas de Roa Bastos fusionan el presente y el pasado creando escenas con mitos de la época precolonial y leyendas cristianas. Su particular estilo narrativo es considerado como un tipo especial de Realismo Mágico. No obstante, existen importantes variaciones estilísticas entre sus principales novelas.
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Manuel Puig (Argentina)
Juan Manuel Puig Delledonne (1932-1990), fue un autor argentino quien irrumpió en la escena artística en la década de los sesenta. Su obra, enmarcada en el llamado arte pop, se valora actualmente como una de las más originales del siglo XX. Entre sus novelas más conocidas se encuentran ‘La traición de Rita Hayworth’, ‘Boquitas pintadas’ y ‘El beso de la mujer araña’. Esta última, fue adaptada para la pantalla grande en 1985.
En su ficción, integra los géneros masivos y populares de su tiempo (cine, radionovela, noticias periodísticas, el registro oral, la ópera) para hablar de lo público (la política, la “realidad” local, nacional e internacional) y de lo privado (a través de cartas, diarios, géneros íntimos). También hizo mucho uso de la cultura popular (por ejemplo, la telenovela) en sus obras.
En las historias literarias latinoamericanas se le presenta como un escritor perteneciente a las escuelas Postboom y Postmodernista.
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Clarice Lispector (Brasil)
Clarice Lispector (1920-1977) es considerada, junto con Guimarães Rosa, la gran escritora brasileña de la segunda mitad del siglo XX gracias a su estilo, entre la poesía y la prosa. Llenaba de espiritualidad los detalles cotidianos, y se caracterizaba por utilizar la primera persona en sus relatos. Su obra literaria es profunda, compleja y a la vez grácil, un extraño equilibrio que también parecía tener su enigmática personalidad.
En diversas entrevistas manifestó que, al momento de escribir, era consciente de lo que hacía. Se destaca en sus obras un estilo y una estructura muy líricos, con una interioridad profunda y siempre relacionada con complejos procesos emocionales y mentales. En su día, las obras de Lispector recibieron mucho análisis, y el estilo de sus obra llegó a ser comparado con el de Virginia Woolf y James Joyce.
En el marco del centenario de su nacimiento, la periodista argentina Silvina Friera escribió para Página 12:
«RENOVÓ LA LITERATURA BRASILEÑA TAL COMO SE CONOCÍA: RENUNCIÓ A LAS ATADURAS GENÉRICAS, PROVOCÓ Y DESACOMODÓ A LOS LECTORES, INVENTÓ UN LENGUAJE PROPIO, NOS MOSTRÓ EL ARTIFICIO DE LA ESCRITURA. CONSTRUYÓ UNA NARRATIVA INTENSA BASADA EN HISTORIAS MÍNIMAS, DONDE LAS SENSACIONES Y LOS AFECTOS SON PROTAGONISTAS. EXPRESÓ Y MANTUVO A LO LARGO DE SU OBRA PREOCUPACIONES UNIVERSALES: SU PASIÓN POR LA VIDA Y, AL MISMO TIEMPO, POR LA INMINENCIA DE LA MUERTE, POR LA SOLEDAD, LA ANGUSTIA, LA MATERNIDAD, LA INFANCIA, EL AMOR O LO FEMENINO. POR ESO Y TANTO MÁS ES QUE AMAMOS A CLARICE”.
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FUENTES:
- https://www.yaconic.com/autores-olvidados-boom-latinoamericano/
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