El sacrificio de ser policía en México.

Ser policía implica honor, responsabilidad, servicio, lealtad, honestidad, integridad, disciplina y honradez; todas estas cualidades deben observarse en los policías. Vivir en la mentira, hacer el uso de la violencia, cometer fraude, degrada a la persona, empeoran al ser humano y deshumanizan. Pero trabajar en condiciones tan precarias, no asegura el cumplimiento de estos valores.

En México parece que estas cualidades no existen ya que el desarrollo policial es inexistente lo dicen los hechos; trabajan con salarios muy bajos y casi la mitad de ellos no ganan ni 10 mil pesos, el 70% nunca recibieron un ascenso, 16% ha sido víctima de abuso sexual y tristemente desde el 2018 se sumaron 953 policías asesinados, en donde Guanajuato encabeza la cifra de elementos caídos.

De acuerdo con un informe de la ONG basado en datos hemerográficos (que tiene por fin recolectar las características más resaltantes de una publicación hallada en un periódico, revista o cualquier medio impreso), en México se han duplicado los asesinatos de policías; se estima que al menos un policía es asesinado cada 24 horas, se registran el mayor número de homicidios en Guanajuato, Estado de México, Guerrero, Chihuahua y Puebla.

La presidenta de Causa en Común, María Elena Morera Mitre, dijo que en México es fácil matar a un policía sin que haya consecuencias. También se detectó que hay lugares donde no les pagan la indemnización si fueron asesinados fuera de servicio o sea que se encontraban en su día de descanso, aunque tengan un riesgo 4 veces mayor que cualquier otro ciudadano.

“El gobierno los toma como trabajadores de segunda a los que no les dan los instrumentos de trabajo. Queremos buenos policías, pero no les pagamos bien y no los tratamos bien”.

Tener bajos salarios es un problema también para los policías, pero lo es más cuando tienen que pagar por sus propios materiales de trabajo. El 41 % de los elementos estatales ha tenido que poner de su bolsa para comprar botas; el 38 % para comprar su uniforme; 32 % ha tenido que pagar con su sueldo la papelería para informes; el 26 % pone de su dinero para hacer reparaciones a la patrulla.

La labor de un elemento de Seguridad Pública es prevenir el delito en cualquiera de sus manifestaciones. Pero los policías en México son utilizados frecuentemente para trabajos que nada tienen que ver con su responsabilidad. Por ejemplo, el 15% de los uniformados reconoce que han sido utilizados para “encargos personales”.

A 5% lo han puesto a hacer trabajos de mantenimiento en sitios públicos y al otro 5% le han ordenado ir a votar por un candidato en elecciones.

16 % admitió un abuso sexual en su carrera y otro 15 % reportó abusos físicos en el trabajo. Para 4 de cada 10 policías en el país hay corrupción en la corporación donde trabaja, 30% no sabe si la hay, y el resto lo niega.

Marcela Figueroa, investigadora de la organización dejó en claro las deficiencias en la formación de los policías estatales en nuestro país.

“No hay carrera policial en este país pero no solo eso. Los policías no conocen sus derechos ni sus obligaciones y eso es gravísimo. Muchas veces las corporaciones si pueden tener ciertos procesos pero los agentes no los conocen y eso es igual a cero”, dijo.

Muchas veces lo que quieren las autoridades políticas es cocinar policías de un día a otro, los capacitan 15 días, hasta seis meses si les va bien, cuando en realidad el mínimo debe ser de un año.

La desconfianza en los policías no es exclusiva de la sociedad común ó civil. Los policías desconfían de sus instituciones, de sus mandos y de sus compañeros.

Sufren de acoso laboral, son frecuentes prácticas como la venta de plazas al mejor postor (crimen organizado incluido), les rentan las patrullas para trabajar en ciertas zonas, con su respectiva cuota diaria.

Todo esto mantiene a los policías honestos entre la espada y la pared y a los corruptos en una telaraña patológica de engaños.

El miedo a ser policía puso al país y al gobierno en aprietos, ahora los múltiples asesinatos hicieron que los aspirantes lo piensen dos veces y claro que no es para menos, a quien le gustaría andar por ahí trabajando con miedo a morir en cualquier momento, las autoridades tienen que dar respuestas a las necesidades de los policías como una condición para que hagan bien su trabajo.

Se requiere que los estados y municipios cuenten con un financiamiento estable, si queremos que los policías hagan bien su trabajo y nos cuiden, comencemos por cuidarlos.