El Dato: Candidatos ganadores del debate crecen en popularidad.


El debate es esencial a la tradición del mundo occidental. Históricamente ha sido utilizado como un método educativo, como parte del proceso legislativo y el procedimiento judicial, últimamente como un elemento dramático de las campañas electorales.

Se ha llegado a decir que después de un solo debate ante la televisión, visto en millones y millones de hogares, se puede determinar el ganador de una elección presidencial inminente. El debate nos expone a criterios contrapuestos y opciones diferentes y nos brinda la oportunidad de ejercer nuestro juicio crítico para escoger la mejor alternativa. 

Los debates presidenciales constituyen un marco democrático para proveer información a los electores y mostrar las diferencias políticas entre los candidatos. En muchos países se convirtieron en un rito de la democracia.

DURANTE EL DEBATE.

Durante el debate, los candidatos deben mostrar características generales de su personalidad y su estilo de liderazgo, no solo en sus intervenciones, sino también en las interacciones que mantienen con sus pares, y sostienen posicionamientos en materia de políticas públicas.

Cuando se concluye el debate se da una segunda etapa de análisis, donde el periodismo y los líderes de opinión escogen al ganador, analizan la estrategia, los puntos fuertes y débiles de cada candidato. Estos análisis posteriores, que interactúan con la audiencia con la reflexión propia de cada espectador sobre el debate y sus características individuales, ayudando a jerarquizar temas y posturas de cada candidato y encuadrar la discusión electoral para determinar las preferencias finales de las personas.

Incluso quienes no vieron el debate se informaran por los medios de comunicacion y opinion publica- como las redes sociales- y comentarán estas repercusiones del debate aunque no lo hayan visto.

CAMBIAR EL VOTO DESPUÉS DEL DEBATE PRESIDENCIAL. 

Cambiar la preferencia a partir de un debate presidencial parece poco probable, pero hay estudios que confirman el cambio de voto luego de un debate presidencial; en un estudio realizado se demostró que un 14% de quienes vieron el debate cambiaron su posicionamiento: la mitad de estas personas que se encontraban indecisas y se decidieron por alguno de los candidatos, mientras que solo un 3.5% cambió su preferencia de un candidato a otro.

Lo que no se dice importa mucho. Lo que ocurre en un debate presidencial, más allá de lo específicamente dicho por los candidatos, tienen una influencia importante en la percepciones y las opiniones de la audiencia.

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POPULARIDAD DESPUÉS DEL DEBATE. 

Es importante resaltar que no se debe tomar a ligera la imagen, ya que de ser así, se limita las propias posibilidades para impactar y convencer al público objetivo. Sin embargo, la imagen también es dinámica, si está deteriorada puede mejorarse y viceversa.

Y fue un elemento fundamental que permitió al candidato a la presidencia Enrique Peña Nieto posicionarse entre las preferencias de los ciudadanos, haciendo el uso efectivo de todas las estrategias de imagen, desde la imagen personal, pública e institucional.

A través del estudio y análisis de la imagen pública (imagología) se pretende interpretar el conjunto de estrategias para analizar las impresiones generadas por el candidato a la presidencia de México 2012-2018 Enrique Peña Nieto hacia su colectividad, partiendo de las estrategias de comunicación verbal y no verbal.

Formando una imagen integral, coherente, atractiva, exitosa y confiable, además de identificar cuáles fueron las bases esenciales para la creación, proyección y mantenimiento de la imagen, que permitieron convertirse en elementos constitutivos de opinión pública colectiva cuyo resultado son juicios de valor entre los ciudadanos definidos como perceptores. Entendiendo esta percepción compartida y respuestas colectivas.

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MEDIOS DE COMUNICACIÓN. 

La cultura de los medios de comunicación hace que la imagen de los candidatos sea uno de los factores más importantes de la planificación estratégica en la comunicación política. Aunque no siempre la imagen es más importante que las ideas, con esto cabe aclarar que si bien una imagen transmite mucho, el fuerte de un candidato está en las ideas y las propuestas que sustentan en gran medida a esa imagen.

Para decidir por quién votar el electorado necesita estar informado para después hacer uso de su racionalidad y reflexionar para elegir un candidato y una propuesta. Cuando lo mediático debilita el debate sobre ideas y programas y pone énfasis en otras consideraciones superfluas se pone en jaque la democracia y la imagen del candidato en el largo plazo.

La exposición de los candidatos en los medios es cada vez mayor y parece ser que en este núcleo mediático al que todos estamos expuestos es fácil que se le asigne a la imagen personal más poder que a la propuesta.

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Fuentes:

  • https://www.redalyc.org/pdf/160/16007906.pdf
  • http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-050X2007000200002
  • http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-23332014000100109
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