Sus aguas cristalinas hipnotizan a los visitantes que buscan relajarse
Apuntando al noreste de nuestro estado de Guanajuato se encuentra Xichú, un lugar paradisiaco al que pocos se animan a viajar. Enclavado en la sierra gorda guanajuatense este lugar permite a aquellos que lo visitan experimentar vistas increíbles ya que se encuentra rodeado de montañas, cascadas, ríos y joyas naturales como sus aguas cristalinas.
Las famosas aguas cristalinas se encuentran en la comunidad El Plantanal, donde tendrás oportunidad de acampar, nadar en el río de tono azul, así como una temperatura templada, la zona cuenta con baños y vestidores, así como cabañas y servicios.
Otro atractivo de la zona es el Sendero del Túnel, una obra hidráulica que un Cacique mandó construir hace cientos de años pero en un ciclón, en 1955, el agua alcanzó los 17 metros de altura, y una parte del acueducto se derrumbó y el cerro se lo llevó. La gente del Platanal sabe que los hombres que lo construyeron eran esclavos que únicamente trabajaban a cambio de alimentos.
El Sendero del Túnel está una 10 metro sobre el río fondo del río, tiene una vista panorámica espectacular. Se llega caminando uno 700 metros contra corriente, por toda la orilla, para subir al Sendero del Túnel se debe cruzar por el río, en esta temporada alcanza llega a las rodillas, es fácil.
El río es tranquilo, hasta ahora no ha cobrado la vida de ninguna persona. Lo que suele causar más terror, es la visita esporádica de panteras y jaguares, felinos que habitan en el lugar. Nunca se han acercado de más, el humano las asusta.
De Celaya al Platanal, el recorrido en carretera es de 6 horas de vistas únicas y majestuosas. La mitad del trayecto es de terracería, las curvas son pronunciadas y las zonas habitadas son pocas y distantes. Al menos una hora antes de llegar a Xichú, la señal de telefonía celular y 4G desaparece. Camino al Platanal y llegando tampoco hay señal, de ninguna compañía. Lo más que se puede acceder es a una ficha que por 10 pesos te da una hora de internet. No en todos lados.
Visitar El Platanal es una experiencia de desconexión del mundo virtual y de la vida laboral. Allá solo hay naturaleza, que se disfruta desde los pies hasta el infinito con noches estrelladas, donde las fugaces pasan a toda velocidad una y otra vez.
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