Pancho Villa, abstemio y bien “fresa”


Cuando escuchamos mencionar a Pancho Villa lo primero que viene a nuestra mente es el clásico estereotipo del macho mexicano, el revolucionario incansable y sanguinario que de día mata al enemigo y de noche se dedica a festejar sus victorias con ríos de alcohol y acompañado de varias mujeres hasta bien entrada la mañana.

De Doroteo Arango, como en realidad era su nombre, pareciera que conocemos sólo los mitos que rodean al personaje de Pancho Villa tales como aquellos que cuentan las abuelitas, “cuando llegó Pancho Villa a mi me escondieron para que no me robara”, otros más perpetúan al caudillo “es el único que ha invadido territorio de Estados Unidos”, pero hay algunas realidades que permiten desmentir estos mitos, a continuación dos curiosidades sobre el centauro del norte.

Contrario a la imagen establecida que se tiene de Villa, el líder militar era abstemio y a decir verdad tenía una posición bastante estricta respecto a las bebidas alcohólicas, esto lo comprobarían sus tropas y los diferentes pueblos y ciudades que su ejercito iba ocupando.

Se sabe que el caudillo tenía un odio especial por las cantinas, a los cuales consideraba lugares de vicio y perdición que no aportaban nada a la comunidad, razón por lo cual se sabe que llego a cerrar más de 50 cantinas a lo largo de los territorios ocupados, en su lugar mando construir escuelas justo en los mismos sitios donde antes se distribuían as bebidas alcohólicas. Es bien sabido que Villa no tuvo acceso a la educación por lo cual en lugar de centros de vicio se buscaba edificar centros del saber para que las personas tuvieran la oportunidad de educación que él no tuvo.

Un mito dice que su experiencia con el alcohol era tan nula, que una ocasión que el general Plutarco Elías Calles le invitó un solo trago en la cantina, Villa salió completamente borracho. Sin embargo, puede que la historia no sea genuina, ya que Elías Calles también le declaró la guerra al alcoholismo mediante un decreto de prohibición cuando fue gobernador de Sonora.

Si no era alcohol, entonces ¿con qué se refrescaba Pancho Villa? 

Se dice que para calmar la sed Villa tenía la costumbre de pasearse por las diferentes fuentes de sodas que había en los lugares que su batallón ganaba con un solo propósito en su mente: malteadas de fresa. 

Así como usted lo lee, las malteadas de fresa eran la bebida favorita del general, en su tiempo esto era bien sabido entre la población del norte, al grado de que un buen número de cantinas de la época decidieron integrar en su menú la famosa malteada de fresa con la intención de que si Villa alguna vez entraba tuviera a su disposición su bebida predilecta.

Sabemos que a villa le gustaba tener la mente clara para poder trazar bien sus planes de acción y esperaba lo mismo de sus tropas, es por eso que la embriaguez era castigada con la muerte. Él consideraba que las bebidas alcohólicas eran culpables de muchos de los males de la sociedad, además de que creía que su sabor era asqueroso y que inclusive  decía que beber cerveza era como beber orina.

Era tal la afición de Villa por las malteadas de fresa que “cruzaba al otro lado” para probar las famosas malteadas siempre con el objetivo de encontrar una perfecta. Además de las malteadas de fresa, Villa también amaba los helados y los consumía cada que tenía oportunidad de hacerlo, eso sí, siempre acompañados con un refresco de fresa, que al parecer era su sabor favorito.

 

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