Graciela Iturbide es posiblemente una de las fotógrafas de más renombre en la actualidad. Tras cinco décadas de trayectoria con una cámara, su obra (mejor conocida por retratar a las comunidades indígenas en su natal México) ha logrado algo inusual: es admirada por los críticos, alabada por sus colegas fotógrafos y adorada por el público. Sigue viajando, fotografiando y exponiendo su obra en todo el mundo.
Pero se está volviendo imposible hablar de esa obra sin mencionar a la mujer zapoteca que llevaba iguanas vivas en la cabeza.
Iturbide tomó esta la fotografía después de encontrarse con Zobeida Díaz en el mercado de productos agrícolas, cuando vivía con los juchitecos del sureste de Oaxaca, en 1979. Hubo varios intentos (las iguanas no dejaban de moverse, se caían y hacían reír a la modelo), pero al final, en la hoja de contactos, Iturbide encontró a “Nuestra Señora de las Iguanas”, una imagen tan cautivadora que cuarenta años más tarde su popularidad sigue en aumento.
Graciela Iturbide nació en 1942 en la Ciudad de México, actualmente cuenta con 78 años de edad. En 1969 ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México para convertirse en directora de cine.
Pero pronto fue atraída por el arte de la fotografía practicada por Manuel Álvarez Bravo, quien estaba enseñando en la misma universidad. De 1970-71 trabajó como su asistente, acompañándolo en viajes a través de México.
Graciela Iturbide.
A principios de los años 70, Iturbide viajó a través de Latinoamérica, en particular a Cuba y Panamá.
En 1978 Iturbide fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar la población indígena del país. Iturbide decidió fotografiar el pueblo Seri, un grupo de pescadores nómadas en el desierto de Sonora al noroeste de México y cercano a la frontera con Arizona.
Fue invitada por el artista Francisco Toledo a fotografiar el pueblo de Juchitán, el cual forma parte de la cultura zapoteca en Oaxaca, en el sureste mexicano. La serie iniciada en 1979 y continuada hasta 1988 tuvo como resultado la publicación del libro Juchitán de las Mujeres en 1989.
“Tenemos esta costumbre de marginar un poco a las comunidades diferentes, lo cual me parece ridículo. A mí me encantan”.
“En México existen comunidades indígenas que son muy lindas y que desafortunadamente son minoritarias. Y aunque la gente los vea como algo folclórico, en realidad nos tienen que enseñar mucho”
Durante diez años, Graciela se dedicó a retratar la vida del pueblo zapoteco en Juchitán (Oaxaca), donde la mujer adquiere un rol protagonista para el desarrollo de la región. Algunos hablan de matriarcado, pero estudios sobre esa cultura deconstruyen un discurso erróneo a menudo elaborado por observadores y viajeros.
Parece que se rinde ante la magia de la sorpresa cuando analiza sus fotografías. Rompe con las etiquetas (nunca le preguntes si pertenece al surrealismo o al realismo mágico) y se llama a sí misma “cómplice” de sus modelos.
Para ella, pareciera que la cámara es un instrumento para compartir, para hacer visible lo que, para muchos, es invisible, hay una especial visión poética en estas imágenes.
Graciela, quien ahora radica en Ciudad de México, tiene un enfoque relativamente sencillo. Con luz natural, sin tripié, flash ni lentes de telefoto, sigue su curiosidad y en cuanto ve algo que le gusta, toma fotografías, siempre en blanco y negro.
FUENTES:
- https://www.nytimes.com/es/2019/01/10/espanol/cultura/graciela-iturbide-fotografia-mexico.html
- http://www.gracielaiturbide.org/category/los-que-viven-en-la-arena/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Graciela_Iturbide
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