China sorprendió al mundo con el cierre de Wuhan, una ciudad con 11 millones de habitantes, el 23 de enero de 2020. Los contagios por coronavirus se habían extendido hasta tal punto que el régimen chino, cuyas prioridades son la economía y la seguridad, ordenó el confinamiento estricto de toda la población. Había riesgo de que este misterioso virus de fácil expansión se propagara por todo el país, el más poblado del mundo y el cuarto en extensión.
En China, donde surgió la enfermedad llamada Covid-19, también es donde empezó a controlarse antes y donde la denominada enfermedad está ya muy avanzada. En la actualidad hay rebrotes en Wuhan, lo que ha llevado a una campaña de test a los 11 millones de habitantes.
Mascarillas y controles de temperatura
China es inmensa. No es lo mismo cómo ha vivido la lucha contra el coronavirus Wuhan que como lo ha hecho Pekín. -Es como si habláramos de toda Europa. Cada país, cada región, lo ha vivido de manera diferente. No hay directrices generales. Cada provincia, cada ciudad o comités de barrio, decide qué medidas adoptar-.
Ahora Llevan mascarillas y tienen códigos QR en el móvil que controlan la salud, les toman la temperatura en lugares públicos, o hay líneas marcadas en el suelo para guardar la distancia. En muchas ciudades de China se evitan las grandes aglomeraciones.
La creación de estas aplicaciones de salud mantienen a toda la sociedad china bajo un estricto control, marcando verde si el ciudadano se encuentra bien y a una temperatura normal, rojo si marca estándares fuera de lo normal, donde inmediatamente se le manda al ciudadano a guardar reposo en su casa durante 14 días.
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Estado de salud normal.
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En estas aplicaciones se introducen todos los datos del ciudadano, fecha de nacimiento, pasaporte, dirección, etc…
Lo cierto es que esta aplicación entrega señales a quienes pueden desplazarse y quienes no. Gracias a códigos QR con los colores, verde, amarillo o rojo, establece qué personas pueden transitar o viajar de un lugar a otro.
Un artículo de Jinshang Hong en Bloomberg, señala que en esos códigos además se determina qué individuos son riesgosos y necesitan hacer cuarentena, o por el contrario están habilitados para hacer uso del espacio público.
Según el escritor Raymond Zhong en una publicación de The New York Times, ni la compañía tecnológica ni las autoridades chinas han explicado en detalle la forma como el sistema clasifica a las personas. Precisamente esta falta de comunicación ha hecho que entre la población haya niveles de inseguridad y desconfianza entre quienes fueron ordenados para aislarse sin tener idea del porqué.
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A través de esta app, aquellos usuarios que se encuentren en cuarentena deben informar sobre su estado de salud, y sobre la aparición de cualquier síntoma. Además, mediante el uso de datos de localización, la aplicación detecta cuándo una persona sometida legalmente a cuarentena sale de la zona asignada. Ante este hecho, la propia aplicación envía una alerta al ciudadano y al agente policial que se encuentre en esa área. Esta app, también alerta de los nuevos casos de contagio existentes en zonas cercanas, e incluso en el propio barrio.
El desarrollo de esta aplicaciones han sido clave para gestionar el brote de COVID-19. En paralelo, también han implementado otras medidas de control sobre desplazamientos, y realización de test rápidos desde vehículos –sin necesidad de acudir al hospital para obtener un diagnóstico-.
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Tanto China como Corea del Sur han conseguido controlar la pandemia, minimizando los daños en la población y economía, siendo grandes referentes a nivel mundial. Ambos países se han puesto a disposición de otros países afectados por el COVID-19, como Italia o España, para frenar lo antes posible su expansión.
A diferencia de China, en Corea del Sur son dos las empresas tecnológicas que desarrollan aplicaciones en vez de una. La construcción de los datos la hace a través de información pública, es decir, con datos entregados abiertamente por las autoridades y que están disponibles para toda la ciudadanía, por lo tanto no incluye información sensible como nombre de los pacientes, dirección o estado de salud, sino simplemente información de tipo demográfico como edad o género.
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FUENTES:
- https://www.elpais.com.uy/mundo/asi-nueva-normalidad-china.htm
- https://www.elindependiente.com/politica/2020/05/17/viaje-al-futuro-como-es-la-nueva-normalidad-made-in-china
- https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/vigilancia-sanitaria-coronavirus-china-corea-singapu
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