Las primeras afectadas por la crisis sanitaria, social y económica son las mujeres.
La crisis del COVID-19, como todos sabemos, desató inmensas consecuencias tanto económicas como sociales. Muchos trabajadores tienen que seguir asistiendo a sus puestos de trabajo considerados esenciales, mientras que el resto de los asalariados -en teoría- gozan de sus sueldos estando en sus casas. Aquí es donde se abre el dilema. ¿Todos los trabajadores están en la misma situación? ¿Quiénes pueden quedarse en sus casas y quiénes no? ¿Y en qué condiciones?.
.
.
Sin contrato laboral, con horarios extensos y bajo salario; sin prestaciones como seguro social, seguro médico, aguinaldo, vacaciones y días de descanso pagados; teniendo que cubrir sus gastos de consultas y medicamentos cuando están enfermas… así es como las trabajadoras del hogar se encargan de lavar, planchar, limpiar, cocinar, cuidar a niños, niñas y otros integrantes de las familias y mantener los hogares ajenos en las mejores condiciones, para luego hacer lo mismo en su propio hogar, con el cansancio a cuestas y escaso tiempo para estar con los suyos y cuidar de sí mismas.
Durante la primera semana de encierro y suspensión de clases, comenzaron a circular en redes sociales publicaciones sobre la obligación de las y los empleadores de pagar el salario a las trabajadoras del hogar, aun cuando no acudieran a sus lugares de trabajo y sobre la importancia de no exponerlas a infecciones.
Sin embargo, ¿cuántas personas quieren y pueden —y en efecto lo han hecho— decirles a las trabajadoras del hogar: “No te preocupes, quédate en tu casa, yo te pago como siempre”.
La situación generada por el COVID-19 pone de manifiesto la terrible ausencia de programas de seguridad social y medidas de conciliación de la vida laboral y personal con especial énfasis en la población que se encuentra en situación de vulnerabilidad. Recordemos que, pese a los avances, todavía más de dos millones de trabajadoras del hogar carecen de seguridad social y realizan sus labores en condiciones precarias, por lo que, hoy más que nunca, requieren políticas específicas para mitigar el impacto de la contingencia.
.
.
Por otro lado se encuentran los trabajadores de la limpieza en general, que parecen resignados a que la protección corra solo por su cuenta. Personas que nunca dejaron de laborar y que sus acciones contarán más que nunca en estos tiempos difíciles.
Integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar han denunciado las excesivas cargas de trabajo a partir de la contingencia por el COVID-19 y han exigido protección. Pero lo cierto es que pocos se preocupan por implementar medidas de cuidado para quienes no pueden dejar de trabajar, a la vez que disminuye su posibilidad de trabajo y, por lo tanto, su ingreso.
.
.
Fuentes:
- https://elpais.com/sociedad/2020-06-11/los-trabajadores-de-la-limpieza-en-ciudad-de-mexico-estan-de-luto
- https://www.animalpolitico.com/punto-gire/trabajadoras-del-hogar-y-covid
No Comment