¿El fin del efectivo?, el fin de la libertad.


Cambios cada vez más rápidos

Muchos nos resistimos pero no podemos negar que el mundo cambia cada día, las viejas costumbres se ven obsoletas y son reemplazadas por sus nuevas versiones, que en teoría se realizan con el objetivo de simplificar nuestras vidas.

La pandemia de Covid-19 aceleró los cambios a nivel mundial, fue necesario tener el mínimo contacto posible con objetos y personas, este era el escenario perfecto para el despegue de los pagos electrónicos y una pala más a la supuesta tumba del efectivo.

Y es que la tendencia esta presente, cada vez más lugares aceptan los pagos digitales por sobre el efectivo y en algunos casos el medio digital es el único método aceptado. En nuestro país y justo durante esta pandemia los pagos digitales pasaron de poco más de 38 mil operaciones a 154 mil operaciones digitales.

Los bancos también tienen un gran interés en el uso de el dinero electrónico por sobre el físico, razón por la cual suelen brindar diversos incentivos permitiendo con esto una mayor aceptación dentro de la población que aún no utiliza el medio.

La constante es clara, los pagos electrónicos están desplazando al efectivo de manera constante y cada vez más rápida.

Sin efectivo, sin libertades.

No podemos negar todas las ventajas que conllevan los pagos electrónicos y la facilidad que esta nos brinda, las compras en línea son la cosa más sencilla hoy en día. Sin embargo, no debemos olvidar el hecho de que todas estas ventajas traen consigo un mayor control de nuestras acciones.

Al realizar los pagos en electrónico, ya sea desde una banca móvil o en pago con tu plástico sin importar la entidad bancaria que lo emite, estos dejan un trazo sobre cada movimiento realizado con tu dinero. Es decir que si ahora compras el papel higiénico que más te gusta en Amazon, ellos y tu entidad bancaria saben hasta la regularidad con la que evacuas, no exagero pues Amazon mismo te brinda la opción de programar tus compras del hogar y como incentivo ofrecen descuentos por regularidad.

Muchos tachan de alarmistas estás afirmaciones y otros tantos ya están tomando acciones para un posible control de todos los movimientos del ciudadano corriente. Seamos sinceros, el realizar todos los pagos por medio electrónico es una invitación a un mayor control y a ejercer una vigilancia sobre todos nosotros.

En tiempos como estos el efectivo ofrece una libertad, permite que el ciudadano pueda ejercer sus compras diarias sin la necesidad de dejar trazos digitales que permitan a una entidad bancara o a el mismo estado sepan si compraste tomates o jitomates, si estás enfermo, si fuiste al dentista, si tienes mascotas, si compraste condones o en su defecto una postday, si fuiste a la barbacoa de la esquina o al menudo, no importa hagas lo que hagas ellos lo van a saber y no olvidemos que toda esa información recopilada de nosotros también es un activo de venta.

¿Veremos el fin del efectivo? No como tal pero sin duda alguna ya somos testigos del proceso de cambio y en este nuevo escenario tecnológico parece inevitable retrasar este control que tanto buscamos evitar, pareciera que el efectivo es lo más parecido a la libertad que podemos tener.

 

 

Previous ¿Algo más Dipupapu?
Next Zamarripa se esconde de colectivo de buscadores

No Comment

Deja un comentario