En México, la discriminación ya era un problema serio antes de la pandemia. El COVID-19 ha tenido gran impacto en la vida de los mexicanos, más allá de las evidentes afectaciones a la salud y la economía.
Esta emergencia sanitaria ha agudizado diversas problemáticas sociales a pesar de los múltiples esfuerzos de las instituciones públicas y las organizaciones de la sociedad civil para combatirlas.
Pero la señal consiste en discriminar por falta de conocimiento acerca de cómo se propaga el COVID-19, la necesidad de culpar a alguien, el temor a las enfermedades y a la muerte, y a los chismes que fomentan rumores y mitos.
Ninguna persona ni grupo de personas es más propenso a transmitir COVID-19 que otros.
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Se demuestra temor y ansiedad con respecto a está enfermedad, es decir creencias y actitudes negativas hacia personas, lugares o cosas.
El estigma puede dar lugar a la discriminación como ícono de sitio externo y otras conductas negativas hacia las demás personas.
Por ejemplo, pueden darse situaciones de denuncia y discriminación cuando las personas asocian una enfermedad, como el COVID-19, con una determinada población, comunidad o nacionalidad. El estigma también ocurre después de que una persona se haya recuperado del COVID-19 o haya sido dada de alta del área de aislamiento en el hogar o cuarentena.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha documentado diversos actos discriminatorios hacia personas infectadas con COVID en diferentes países.
La mayoría de los casos tenían en común que los ataques eran dirigidos hacia personas que son consideradas “la otredad”, es decir, aquellos que no pertenecen a la mayoría como los migrantes o quienes pertenecen a una minoría étnica o racial.
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Este estigma nos perjudica a todos ya que genera más temor y resentimiento hacia las personas comunes en vez de poner el foco de atención en la enfermedad que está causando el problema. Además hacen que las personas sean mas propensas a ocultar los síntomas o enfermedades, evitar buscar atención médica de inmediato e impedir que las personas adopten conductas saludables.
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En personas que viven con VIH y en personas que padecen alguna enfermedad crónica degenerativa asociada a ser más vulnerable ante el COVID-19, como la diabetes, hipertensión arterial u obesidad, también existe un aumento en los actos de discriminación, especialmente en el ámbito laboral.
Se podría pensar que esta situación extraordinaria que se vive dio pauta para que aumentara el número de empresas que ejercen prácticas discriminatorias, pero, la discriminación ya era parte de los procesos de reclutamiento laboral, desde antes de la pandemia.
Es indispensable vigilar y garantizar que los derechos humanos de todas las personas sean respetados, una perspectiva de derechos humanos es indispensable para la toma de decisiones y generación de políticas públicas.
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FUENTES:
https://news.un.org/es/story/2020/10/1482082
https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/daily-life-coping/reducing-stigma.html
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